Sinceramente, es un concepto que no me gusta nada, pues yo nunca sé si de verdad me arrepiento de algo. Desgraciadamente padezco insomnio desde hace ya bastante tiempo y, mientras doy vueltas en la cama, me sorprendo pensando en este tipo de asuntos. ¿Qué tontería, verdad?
Echando la vista a los pasados meses veo muchas cosas buenas y malas pero, sobretodo, me veo equivocándome una y otra vez. Sí, hay tanto que me gustaría borrar... Pero, ¿significa esto que estoy arrepentida de mis actos? Puede que algunos de esos actos me hayan traído más sinsabores que otra cosa pero, ¿no se supone que son parte del camino que he recorrido hasta llegar a donde estoy ahora? ¿no sería todo diferente si pudiera volver atrás y hacer las cosas de otro modo?
Estoy bastante segura de que habría cambios y, si consideramos el efecto mariposa, serían bastante evidentes. Lo que no puedo saber es si sería algo bueno o malo y, sin embargo, aunque me aseguraran un efecto positivo no estaría aún convencida de querer poner remedio a mis numerosas meteduras de pata, pues no puedo evitar pensar que las decepciones, los disgustos, las ostias de realidad, hablando en plata, me los acabaría llevando tarde o temprano.
Ya he dicho muchas veces que la vida no es fácil (menuda sorpresa a estas alturas, diréis), y ello se confirma con la conclusión de esta entrada, que cada uno deducirá a partir de lo siguiente:
¿mirar hacia delante y aprender de los errores, o vivir en el pasado con la impotencia y el arrepentimiento?
Supongo que intuiréis mi elección...