Dreams are renewable. No matter what our age or condition, there are still untapped possibilities within us and new beauty waiting to be born.

-Dale Turner-

viernes, 30 de julio de 2010

Indecisión

Es una de las cosas que nos hacen perder el poco tiempo que tenemos, y la verdad es que si yo sumara todas las horas que he perdido de este modo saldrían... casi 18 años.
Elegir... ¡es una tarea imposible! No hay cosa que más odie que tener alternativas. Es que es tan fácil vivir con una única opción... sin presiones, sin consecuencias, sin responsabilidades, solo ir hacia delante hasta donde nos lleve la vida.
Pero las cosas no son tan fáciles (oh no, nunca lo son) y siempre hay que decidir: qué ropa ponerse, qué comer, qué música escuchar, qué carrera estudiar... Dios, es una locura.
Y después de decidir queda el "y si...", que nos atormenta continuamente, más aún si no estamos conformes con nuestra primera elección. De todas formas, y por mucho que nos pese, la duda es tan natural como la vida misma, así que no hay mucho que hacer, solo joderse y decidir.
Pero, ¿y si no acierto?
¡Ah! Ahí está la gracia, no sabrás si te has equivocado hasta que tu error te estalle en la cara.
Oh, sí, tomar decisiones es jugar a la ruleta rusa.

jueves, 29 de julio de 2010

Tedio y monotonía, la carcoma del tiempo

Nadie se libra. Pasamos la vida, o mejor dicho, la vida pasa por nosotros, yendo de un lado para otro sin seguir ningún rumbo fijo, sin saber qué hacer cuando lleguemos a nuestro destino, desconociendo incluso la posibilidad de estar andando en círculos, viviendo en la inopia.
El tiempo se nos escapa mientras seguimos rutinas o tomamos decisiones, y ni siquiera lo vemos porque el aburrimiento nos tiene dando vueltas en una espiral caótica de costumbres.
Y yo pregunto, ¿no sería más cómodo dejarse llevar? Pues no se me ocurre ningún otro modo de llevar a cabo el famoso carpe diem...
Sí, ¿por qué no intentar romper esquemas? ¿Por qué no soltarnos de todas esas ataduras monótonas y salir del bucle?
Ahora respondo: porque no sabemos cómo hacerlo.

martes, 27 de julio de 2010

Deseo, felicidad... ¿incompatibles?

Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos.
Michel Eyquem de Montaigne

No importa lo que queramos ni cuánto lo queramos, pues estamos condenados a repudiarlo en cuanto lo conseguimos. Somos así, amamos los retos; cuanto más difícil es obtener algo, más interés ponemos en ello y el hecho de parecer imposible no es un motivo para no intentarlo. Nos enfadamos, gritamos, amenazamos con rendirnos cuando la cosa se complica pero, aun así siempre hay algo en nosotros que nos incita a "seguir intentándolo". Y después, las ocasiones en que estamos a punto de alcanzar nuestra meta, nos sumergen en un frenesí que nos lleva al éxtasis.
¿Será esta la única felicidad que podemos obtener de nuestros anhelos antes de lograrlos y perder el interés?

sábado, 24 de julio de 2010

Libertad... es un concepto atractivo, ¿verdad?

Sí, la verdad es que suena bien; tan bien que llega a ser incluso utópico. Digamos que yo no me considero "libre", o al menos no del todo, y después de esto vosotros pensaréis como yo.
Vivimos en el siglo XXI, era de la tecnología; eso quiere decir que, como poco, estamos enganchados a la televisión, si no a internet o a ambas cosas. Pero eso no es lo único que nos resta libertad, pues antes de llegar a esta época ya eramos presos de nuestras emociones, de nuestra imagen, de nuestro deber, de nuestra moralidad...
Para decirlo de otro modo, yo considero que hay ciertos factores que nos coaccionan. Si, por ejemplo, estamos ante esa persona especial y no queremos parecer idiotas, actuaremos de un modo distinto, estamos restringiendo nuestra libertad. Somos su esclavo, por así decirlo, aunque no de un modo retorcido ni morboso (allá cada uno con lo que haga en su tiempo libre, yo no me meto), sino de un modo intelectual. Mostramos... ¿cómo decirlo? una sumisión mental.
Y lo mismo ocurre cuando cumplimos con un deber que nos resulta molesto; sabemos que podríamos negarnos, pero también que eso seria contraproducente y lo hacemos aunque no queremos. Volvemos a "bajarnos los pantalones".
Podría poner ejemplos toda la noche pero siempre es lo mismo... Nos creemos libres porque no tenemos un amo que nos de latigazos, pero no debemos engañarlos, no lo somos. Ni de coña.

viernes, 23 de julio de 2010

Amigos, enemigos, solo se diferencian en unas pocas letras

Dios nos salve de nuestros amigos, porque de nuestros enemigos ya nos cuidaremos nosotros.

Desde luego, qué frase más acertada... Hace tiempo la leí en un libro, pero ni me acuerdo de qué libro era, ni de quién la decía. Solo sé que es una verdad como una casa.
Nos abrimos a los demás, les contamos nuestros secretos, desnudamos nuestra alma y luego, ¿qué ocurre? que el "te lo prometo" y el "puedes confiar en mí" nos dan en toda la cara, cual bofetada. Y esa no es la mejor parte, ni mucho menos, pues el caso es que después de esto volvemos a confiar en otra persona y nos vuelve a pasar exactamente lo mismo...
¿Nos pasamos de buenos o de tontos?

jueves, 22 de julio de 2010

Cómo vivo mi vida...

Oscar Wilde dijo una vez "A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante".
La vida es un estado de espera continua. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo aguardando cosas que nunca llegarán, esperando por alguien que no nos esperará, luchando por alcanzar objetivos imposibles y, ¿para qué?
Para caer en nuestro error leyendo una recopilación de las frases de Oscar Wilde...
Digamos que la parte de "sin vivir en absoluto" la he captado pero, ¿qué hay de ese instante? ¿qué es, cuánto tiempo dura y cuándo ocurre? Estoy por asegurar que mi vida jamás se ha concentrado en un solo instante, lo cual me hace sentirme... ¿estafada?
Señor Wilde, es una lástima que esté usted muerto, porque estaría bien saber qué clase de pájaros tenía en la cabeza a la hora de escribir semejante tontería... En otras palabras, me debe usted 18 años de espera inútil.

Un nuevo comienzo

Hace ya mucho tiempo que intento escribir algo bueno, algo que merezca la pena leer, pero siempre es difícil encontrar la inspiración, pues suelo plasmar cosas que me pasan a mí, o que simplemente se me pasan por la cabeza. Esa era la razón por la que mis relatos se habían vuelto tan personales y desconcertantes en estos últimos meses.
En este segundo blog voy a escribir lo que pienso sin rodeos, sin pelos en la lengua. Ya me he cansado de disfrazar mis pensamientos con metáforas y fábulas que nadie entiende. Es la hora de ser directa, y al que no le guste que no mire.